Ella fuerte.
Se entrega, mira, desnuda, irrita... sujeta y emerge, redentora de hombres, con casta dulzura.
Sensual y atrevida, murmuran sus labios, muy cerca del pecho en oídos sin miedo verdades ocultas, ke claman su vientre; se vuelve en figura danzante y ansiosa, mostrando sutil, su sexo, su fuga...

Mujer entintada, envuelta en serpientes, luz resplandeciente, los llevas a oscuras; camina despacio, incita segura, te llena de besos y surje sin culpa. Te frotas, exploras, lames y te mueves experta; caderas eternas, quemas y muerdes. Disfruta, contonea lo ke quieras, goza... será tu locura.

Y ella se retorcía... bailaba, se movía sin cesar... mientras una corbata le oprimía el ceño fruncido. Era loca, altanera y posesiva. ¿qué más se podía esperar? No era más que otra inverosímil y futil escoria de esas que habitan en el país de Terracota. Imposible no verla. Estaba con otra, como enmarañadas, como redes en cada trozo de la piel, sin descanso y palpitando como besos que, ardiendo de pasión, se entregan los amantes y culminan el sexo sin penetración.

A inaugurar el blog con la frase:

"El que no vive para servir, no sirve para vivir."